sábado, 29 de septiembre de 2012

CATALOGO DE ARGUMENTOS A FAVOR DEL LOBO IBERICO -II-



Como comparativa, podemos mencionar que en época de cosecha de bellotas, algunos robledales del Norte de León albergan unos 13 jabalíes por Km2. Y ciertas fincas de los Montes de Toledo y Sierra Morena superan los 30 ciervos por Km2, una cifra 3 veces superior a la que los expertos en gestión cinegética consideran adecuada, y que incluso pone en peligro la supervivencia de la cubierta vegetal que alimenta al ciervo. Es decir, los mejores enclaves loberos de España (densidad= 7 ej. / 100 Km2) tienen una densidad poblacional 185 veces inferior a la de los citados jabalíes leoneses, y 425 veces inferior a la de los citados ciervos de la Submeseta Sur. Toda una plaga de lobos.

Al albur de lo anteriormente mencionado, debemos decir que existe un hecho sorprendente en principio, relativo al mapa español de distribución del cánido. Prácticamente todos los ejemplares están en la mitad Norte, casi faltando de esos magníficos espacios naturales de la mitad Sur, en los cuales prosperan ungulados silvestres, y cuya valía certifican especies tan incomparables como el águila imperial ibérica, el buitre negro o el lince ibérico. Aquí el problema no son los ganaderos convencionales, sino los propietarios de grandes latifundios de caza mayor. Es de juzgado de guardia que ahí se siga persiguiendo al lobo (y rapaces, etc) incluso con métodos ilegales. Hablamos de densidades extraordinariamente altas de ciervos, de las cuales un mísero puñado de lobos apenas extrae el cero coma cero algo por ciento. Los señoritos andaluces no pueden consentir tal robo de reses, no vaya a ser que el lobo los arruine y acaben pidiendo limosna en una esquina. Todo esto en un contexto en el que la caza mayor, como legítimo ejercicio de extracción de un recurso natural renovable, generalmente no es más que una vanidosa y engolada ejecución al aire libre de unos ciervos alienados, alimentados artificialmente y para colmo encerrados en cercados cinegéticos donde no hay posibilidad de huida. Las nuevas autoridades medioambientales de nuestro país deberían poner en su punto de mira a esas grandes fincas cinegéticas, que parecen en general un territorio al margen de las leyes conservacionistas, y donde nos estamos jugando la pervivencia de los 3 ases, ya citados, de nuestra gran fauna mediterránea.

Resulta sorprendente que los habitantes del medio rural, tan observadores y sabios para algunas cosas, achaquen la (re)aparición del lobo a sueltas hechas por los ecologistas con ejemplares que traen de un criadero secreto. Es literalmente inconcebible que no se les ocurra que la fauna salvaje se reproduce por sí sola, sin necesidad de intervenciones humanas, y que los lobos tienen unas magníficas patas para trotar hasta 50 kilómetros en una sola noche. Acaso sea una inconsciente manifestación de victimismo frente a los señoritos de ciudad; o que las brujas y apariciones de la Virgen han dado paso hoy en día a lobos que bajan en paracaídas desde el helicóptero de los ecologistas de ciudad. Recordemos el título de una novela del recientemente fallecido Isaac Asimov : Contra la estupidez, los propios Dioses...¿luchan en vano?.

YA NO TIENEN MIEDO, SE METEN EN LOS PUEBLOS (Y SON MAS GRANDES)

La entrada de lobos a los pueblos, sobre todo por la noche, no es nada nuevo, siempre lo hubo. Cabe citar los casos documentados de León (Iruela), Lugo (Ancares y Caurel), La Rioja (Calahorra, 31-01-1.720; un lobo afectado de rabia entró de día en el pueblo y mordió a unas 40 personas y animales), Soria (Sotillo del Rincón, hacia 1.920; los vecinos tirotean con escopetas desde sus casas a los lobos, considerados una "invasión") y Zamora (Lubián y Muelas de los Caballeros; en esta última localidad, sendas camadas expoliadas en 1.979 y 1.980, recibían la visita nocturna de sus padres, que durante varias noches se dedicaron a golpear la puerta del recinto donde sus cachorros estaban encerrados).

Pensemos en qué contexto se producían estas entradas : mayor cantidad de lobos que ahora, escasa o nula iluminación urbana, y amplio uso de caballerías (= comida, atraen al lobo) al no haber coches ni tractores (= no comida, y hacen ruido; el lobo escapa).

Es precisamente ahora cuando tal cosa es anecdótica, pues hay menos lobos, y en los pueblos hay iluminación y ruidosos vehículos.Los paisanos actuales lo entienden justo al revés : un ataque a las ovejas a 500 metros del casco urbano es presentado como el no va más de la osadía lobuna, y seguramente alguien piense que lo próximo será que la manada llegue a mediodía al centro del pueblo buscando una presa humana. Cabe mencionar aquí, con todo respeto y consideración, que en Marzo de 2004 fue avistado un grupo de, al parecer, lobos en las inmediaciones de un centro escolar de Vimianzo (Coruña), lo cual ha hecho saltar todas las alarmas. Recuerdese lo acontecido en este municipio unos 45 años antes a cargo de una loba parida.

A finales de 2003 apareció en un diario de Galicia la noticia de una lobada en un pueblo de Coruña. Una de las paisanas afectadas dijo que los lobos "de ahora"..¡ son mayores que los "de antes" ¡. Solo le faltó decir que los lobos "de ahora" no tienen 4 colmillos, sino 10.

Idéntico revuelo ha causado en las mismas fechas la muerte de una burra a cargo de 3 lobos en la localidad zamorana de Moveros de Aliste (municipio de Fonfría), en pleno día, a 50 metros de las casas y a 100 metros de la plaza del pueblo.

En muchos de estos casos puntuales se observa un detalle, acaso achacable al inconsciente del periodista que cubre la noticia : se dice que esos lobos están fuera de su hábitat natural.

En primer lugar, se confunde hábitat (robledal, encinar, marisma, etc) con espacio natural  (Sierra de la Culebra, Sierra de Velilla, etc), lo cual es disculpable aunque ese tipo de inexactitudes tienden a torpedear la escasa cultura naturalista de un lector normal de prensa. Lo verdaderamente grave es esto : esos lobos están fuera de su hábitat natural. Se asume, y así se hace llegar al común de los lectores, que existe un gueto en el cual se permite al lobo vivir, y que fuera de tal o cual sierra es un alien, un extraño que se ha escapado del gueto. Cabe decir, en ese caso concreto, que toda la provincia de Zamora entra en el área de distribución actual (y pasada) del lobo, por lo que no debe sorprender su aparición en tal o cual sitio.Y por supuesto nuestro protagonista no es un cadáver conservado en el tarro del formol que se le ha asignado. Cabría sorprenderse de la aparición en un municipio zamorano de un león o un tigre, especies ajenas a la fauna española. Pero no si se trata de lobos, especie que se instala allí donde encuentra refugio y comida. Hablamos de una pieza del ecosistema, con proyección física real sobre el mismo, y no de un cromo que se ha salido de la caja donde los guardamos.


QUE LOS ECOLOGISTAS DE CIUDAD SE LOS LLEVEN CON ELLOS Y LOS METAN EN UN CERCADO

Esta especie, y cualquier otra, forma parte del patrimonio natural que es propiedad de 40 millones de españoles, y que por mandato constitucional debe ser cuidado por la Administración. Los lobos ibéricos pertenecen a todos, y deben ser cuidados por todos. No pertenecen a sus amigos los ecologistas, sean rurales o de ciudad. El lobo existe para controlar las poblaciones de herbívoros, su sitio es el monte. Un lobo encerrado tiene una proyección nula sobre el hábitat natural. La frase que encabeza este párrafo es la quinta esencia de la mala fe y de la suprema ignorancia.


En relación a lo anterior, también suele oírse que los ecologistas se preocupan más de los lobos que de las personas. Esa afirmación cae estrepitosamente ante el más simple de los análisis . El dilema lobos o ganado es falso, ambos pueden coexistir, de hecho coexisten, mejor o peor. Son precisamente los ecologistas quienes vienen reclamando que se paguen indemnizaciones a los ganaderos afectados, con lo cual se resarce de las pérdidas a las víctimas y se sientan las bases para un mayor respeto hacia la vida del lobo. Mi particular visión de las prioridades de cada uno es la siguiente : en este mundo hay un sinnúmero de calamidades, por eso han ido apareciendo las ONG´s. Hay quienes se vuelcan con la lucha contra las enfermedades (apoyando a la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, etc), contra las dictaduras e injusticias (apoyando a Amnistía Internacional, etc), etc, y quienes se vuelcan contra la extinción de especies animales y vegetales. Como uno no puede abarcar todo, debe elegir, y cada persona comprometida elige de acuerdo con sus preferencias. Cualquier opción elegida (lucha contra la enfermedad, la injusticia, el hambre, el deterioro del medio ambiente, etc) es tan respetable como todas las demás opciones. Me gustaría saber cuantos de esos que critican a los ecologistas (que supuestamente se preocupan más de los lobos que de las personas) demuestran que ellos sí se preocupan de las personas siendo por ejemplo socios de Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, o alguna ONG similar.

CONSIDERACIONES GENERALES

Básicamente la conservación del lobo ibérico es una cuestión de dinero.El importe estimado de los daños anuales al ganado son unos 130 millones de Pesetas (800.000 euros).

Pero para que esas necesarias indemnizaciones lleguen a existir, tiene que haber una decisión en tal sentido por parte de la Administración correspondiente. Si a nivel de las Administraciones Autónomas la cosa está mal, no hablemos del Ministerio de Medio Ambiente : en 2003 este Ministerio de paseos marítimos y paseos fluviales pretendió autorizar la caza de los escasos lobos presentes al Sur del Río Duero, lo cual fue rechazado desde Bruselas. Es sencillamente inconcebible que la economía nº 11 del Planeta no pueda gastar al año 1 millón de euros, o incluso menos, en conservar tan magnífico animal. No es "no puede", sino "no quiere".

Esos 800.000 euros en daños producidos anualmente por todos los lobos españoles, ¿ son poco o mucho dinero ¿. El presupuesto municipal de Santiago de Compostela (una capital mediana) para 2004 asciende a 94 millones de euros : da para pagar indemnizaciones (al actual ritmo de daños) durante más de 100 años. El municipio turístico de O Grove (Pontevedra), con apenas 12.000 habitantes, pretende gastar más de 1 millón de euros en revalorizar con vistas al turismo la zona de Meloxo y Punta Moreiras : 2 piscinas, un museo de la miticultura (cultivo del mejillón) y un teleférico sobre la bahía hasta los pies del acuario sito en Punta Moreiras.

Que cada cual extraiga sus propias conclusiones. Hay dinero.El hecho de que no se abonen los daños habidos por lobo es un no querer, no un no poder. Ese no querer sin duda tiene nombres y apellidos.

La magnitud del disparate es mayúscula: en Picos de Europa (Parque Nacional, dicen) una triste familia de lobos allí presente es perseguida por todos los medios, mientras miles de reses domésticas campean allí a sus anchas. Aquí el lobo es tema recurrente en política local, especialmente cuando se avecinan las elecciones municipales. Al fin y al cabo los lugareños votan, y el lobo no. La última tendencia es una bio-pirámide en cuya cúspide está por supuesto el buitre quebrantahuesos (pendiente de reintroducción en Picos), pero no el lobo, al que se le niega haber habitado pretéritamente la zona, y en esa realidad de diseño sobra, es un alien que nunca ha vivido aquí y debe ser eliminado al tratarse de un intruso.

Pero estos gestores olvidan que en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa está el chorco (callejón trampa) para lobos del monte Corona, en el término municipal de Posada de Valdeón (León). Félix Murga (citado en (4), pág. 210) cifra en unos 1.000 (mil) los lobos eliminados mediante esa trampa, que funcionó durante unos 400 años y cuyas ordenanzas de uso se renovaron por última vez en 1.963. Quien diga que nunca hubo lobos en los Picos de Europa, o es un supremo indocumentado, o (más posiblemente) miente como un bellaco.

Quizás esto tenga que ver con las formas habidas últimamente en la cosa pública española : somos (son) infalibles, es la realidad la que se equivoca.

Parece que no se trata de que un Parque Nacional garantice los procesos biológicos fundamentales, de los cuales la predación es uno de los más señeros. Si acaso, atraer turistas.

En esta dirección apunta la reciente gestión de un urogallo macho agresivo con los turistas en el asturiano Parque Natural de Somiedo. En vez de cerrar al paso de turistas (al menos en época de cría) la querencia del gallo, que se limitaba a defender a picotazos la intimidad de su lugar de galanteo, se optó por secuestrarlo y liberarlo a varios kilómetros. En menos de una semana, apareció muerto. El asunto está ahora en los juzgados.

No mucho mejor es la situación en la leonesa zona de Riaño : los guardas, en vez de perseguir a los furtivos, tienen órdenes de perseguir al lobo. En 2003 mataron entre 6 y 12 ejemplares, con el consiguiente alborozo de jabalíes y ciervos, que cada vez saquean más cultivos y más sembrados con mayor comodidad en el fondo del citado valle. "Magnífica" labor la de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Riaño : persecución del lobo, instalación de vallas cinegéticas, apertura de pistas forestales con las que dar el puntillazo definitivo al oso y al urogallo, talas a golpe de motosierra en pleno mes de Mayo en los refugios del urogallo, etc. Y por supuesto, no autorizar, o incluso obstaculizar, las plantaciones de frutales silvestres que para el oso pretende realizar AROCA-FAPAS (Asociación de Reforestadores para el Oso Cantábrico-Fondo Asturiano de Protección a Animales Salvajes) en Riaño y el inmediato Parque Natural de Fuentes Carrionas (Norte de Palencia). Hablo con absoluto conocimiento de causa : soy uno de los promotores de AROCA.

El lobo es animal que a casi nadie deja indiferente. Siendo un conflicto polifrentista, el frente más notable es el abierto entre ganaderos y conservacionistas. Los primeros echan pestes contra los segundos, sin darse cuenta de que nadie, aparte de los propios ganaderos, reclama con tanta insistencia como los amigos del lobo el pago de indemnizaciones justas y rápidas.Incluso entre los propios conservacionistas hay posturas enfrentadas : si no aceptas la caza del lobo eres un integrista, y si eres un biólogo de carrera que acepta la caza del lobo eres un vendido a la Administración.

El hecho biológico indiscutible es que el lobo ibérico presenta una buena tasa reproductora, lo que lleva a que si se matan muchos es por que previamente han nacido muchos. Esa tasa, unido al hecho de ser una especie adaptable a diversos hábitats, permite augurar un futuro viable para el lobo ibérico si es que de una vez por todas la Administración pertinente se decide a hacer lo que hay que hacer : pagar indemnizaciones a los ganaderos afectados, planificar una caza sensata y sostenible del lobo, y perseguir con mano de hierro a todos esos furtivos anti-lobo que lo mismo se sirven del incendio forestal, el lazo, el cepo o el veneno.

Una caza racional del lobo (¡ anatema ¡ según algunos) aparte de proporcionar unos ingresos económicos nada despreciables susceptibles de ser empleados en conservación de la especie (fondo para indemnizaciones, salarios para guardas, etc), serviría como válvula de escape de la presión social que se genera en situación de reiteradas lobadas.

Lo que muchos parecen olvidar es que vivimos en el mundo real, y no en Disneylandia. Tan inconcebible es una España que rezumase lobos por los 4 costados (ya nos gustaría), y que fuesen intocables, como una España sin ellos, para vergüenza propia y ajena. El concepto "caza del lobo" a algunos levanta sarpullidos en la piel, tanto como el que a nosotros nos produce oir "exterminio del lobo".A veces no se trata de elegir entre lo bueno y lo malo sino entre lo malo y lo peor. Una caza regulada y sensata del lobo es perfectamente asumible, en el marco ineludible de un plan de ámbito nacional para conservar esta maravillosa especie. No es lo mismo un lobo muerto por el veneno de un paisano metido a furtivo por que no le indemnizan, que un lobo muerto por un rico cazador que ha pagado por ejemplo 5.000 euros por su trofeo, dinero que se destinaría a la conservación de la especie.

Todo eso esboza la 2ª piedra angular de su conservación : el lobo puede, y debe, ser rentable para nuestros compatriotas del medio rural. Si se consiguiera poner en marcha tal cosa, habríamos dado no ya un paso de gigante, sino EL PASO hacia su conservación efectiva y definitiva. Si se me permite un último alegato egoísta, diré que necesito seguir estremeciéndome de arriba a abajo cada vez que visito el "cortello dos lobos" de Lubián (Sanabria), o cada vez que en la mítica Sierra de la Culebra respiro el mismo aire que ellos. Ambos lugares están en Zamora, auténtica Tierra Santa de los devotos del lobo ibérico.


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